Planeta en fuego - Una página de Álvaro Rafael
  • El autor
  • La editorial
  • Contacto
El autor
La editorial
Contacto
Planeta en fuego - Una página de Álvaro Rafael
  • El autor
  • La editorial
  • Contacto
Deporte, Microtres

Copa América: revitalizar o matar de aburrimiento

3 julio, 2011 by Álvaro Rafael No hay comentarios

Uno de los primeros correos electrónicos que envié, a finales de los noventa, fue a la CONMEBOL. En el correo criticaba la (des)organización que presenta el que es actualmente el torneo de fútbol más antiguo de selecciones nacionales, la Copa América. Han pasado más de diez años y todavía sigo esperando respuesta. No la habrá: la CONMEBOL se empeña es llevar al campo deportivo lo que es Sudamérica: un territorio donde reina la improvisación (en un principio, el torneo se celebraba de manera irregular cada dos, tres o cuatro años… incluso pasaron décadas para que se volviera a celebrar), el paternalismo (es un torneo al que las selecciones llegan por invitación, y no porque se ganen la clasificación), los arreglos por debajo de la mesa (en los últimos campeonatos, sospechosamente el anfitrión siempre abre el torneo jugando contra la selección teóricamente más débil), las cosas hechas por ensayo y error (invitar o querer hacerlo a países que no son americanos, como Japón o España) y hasta el complejo de inferioridad latinoamericano frente a Estados Unidos (siendo ésta, junto a la frecuentemente invitada selección de México, la mejor selección del norte del continente, la CONMEBOL invita, insisto, a selecciones no americanas…. como Japón). Las sugerencias que envié en aquel correo a la CONMEBOL, como simple aficionado del fútbol, eran en realidad pocas: 1) abrir el torneo a las demás selecciones del continente americano (incluir, por ende, a la CONCACAF) para hacerlo un torneo más competitivo y verdaderamente americano, 2) de esta manera, ampliar el torneo de doce a dieciséis selecciones, 3) que sea un torneo al que se llegue por una ronda previa de eliminatorias, para que así sea visto con mayor interés por los aficionados y jugadores en lugar de ser, para muchos de los anteriores, como un compromiso deportivo al que se debe ir cada tres años y al que muchos grandes jugadores eluden, participando en algunos casos selecciones alternativas, y 4) alagar de tres a cuatro los años entre torneos (lo cual, al parecer, será ahora así). Sé que si nos cuesta organizarnos como naciones y somos el subcontinente que tiene la mayor cantidad de organismos internacionales inútiles, será difícil revitalizar un torneo que dista mucho de ser, en cuanto a calidad y hasta en entretenimiento, al otro gran evento futbolístico continental, la Eurocopa, pero el riesgo que corre el torneo es que sea ganado por un poderoso adversario que cuando llega se hace hegemónico: el aburrimiento.

Share:
Reading time: 2 min
La vida estúpida de Sebastián Arana

La vida estúpida de Sebastián Arana, 8

27 junio, 2011 by Álvaro Rafael No hay comentarios

Ikurriña

Una noche de diciembre de 1983 nace, en medio de circunstancias que impedirán demostraciones de afecto, el tercer hijo de los Arana-Sabaleta. Su padre es Ignacio Arana, hombre temperamental y poco dado a la palabra que, sin embargo, demuestra en ocasiones una sensibilidad utópica y un gusto por las bellas artes que le hace recibir entre sus amigos el apodo que terminaría por aceptar de La Bestia Noble. Es dueño por azar junto con su hermano Iñaki de una pescadería en el este de Caracas, hijo de exiliados vascos que luego de errores de trámite terminan calando en el puerto de La Guaira en lugar de Veracruz, financista activo del Movimiento Al Socialismo y que se encuentra, al momento del nacimiento del niño, maldiciendo la reciente derrota electoral de Teodoro Petkoff en el café El Papagayo.

Es el único al parecer, entre un informal comando de campaña compuesto por cineastas, artistas y otros intelectuales que tienen en común el no contar ninguno con obra conocida (y quienes recorrieron en motos media Caracas lanzando panfletos que alertaban sobre el peligro inminente de un gobierno de ultraderecha católica que abriría la puerta a una nueva diáspora española compuesta esta vez por elementos franquistas y nacionalcatolicistas opuestos a la Transición), que creía que la victoria era posible. Por eso su hijo se llamaría Teodoro. El calor de la derrota y las cervezas de más ocasionan una discusión con algunos militantes de base del partido que le acusan de arribista, de apoyar veladamente al traidor de José Vicente Rangel, de timador y de extranjero capitalista sin conciencia nacional, y un tal Evaristo Gómez, en el momento más acalorado, deja relucir una Beretta 92 que conduce a que entre el grupo se desenfunden otras armas de fuego y cuchillos. La discusión, que tiene todas las de terminar en escandalosa tragedia, culmina silenciada en el anecdotario izquierdista caraqueño con la irrupción de un comando conjunto de la PTJ y la Metropolitana que en un operativo de profilaxis social arresta a todos por igual y los hace pasar la noche en los sótanos de un centro de detención ilegal en San Agustín del Sur.

Un mes después de traslados por diferentes prisiones, la sombra de Ignacio Arana aparece en la quinta familiar en la 4ta Transversal de Montecristo que heredó de sus padres y al ver al niño en la cuna ya sabe que no se llamará Teodoro. Ignacio es un hombre nuevo. Los días de detención, y una buena dosis de palizas tanto de policías como de antiguos compañeros de partido, quebrantan su ímpetu revolucionario y ahora critica a estos últimos por ser una pila de ñángaras ociosos, sin futuro y sin conciencia de qué quieren.

Donde antes se apilaban las doctrinas revisionistas de Eduard Bernstein y el cuestionamiento hacia la lucha armada ahora florecen las vagas enseñanzas del nacionalismo vasco que oyó de sus padres. Se descubre a sí mismo como un abertzale, habla con su hermano de fundar la primera célula de Herri Batasuna en Venezuela junto con otros exiliados vascos (el grupo finalmente se convertiría en un equipo de pelota vasca sin interés en la política), se cree pariente lejano de Sabino Arana en sus fantasías de gestas heroicas que sólo comparte consigo mismo en la soledad de sus pensamientos, ya que desconfía ahora de su mujer, Leire, quien se opone rotundamente a que el niño se llame Donostia. Tiene que intervenir Iñaki para persuadir a su hermano del inconveniente de bautizar a un niño con ese nombre en un país caribeño. ¿Bautizar? Ignacio Arana se sorprende por el nuevo catolicismo de su hermano y lo repudia y el negocio de la pescadería se fractura. Nadie sabe, sin embargo, qué motivó la concesión ante el despreciable reino español y en lugar de Donostia el niño termina por llamarse Sebastián.

Los primeros años de Sebastián Arana transcurren en la placidez de un hogar donde el padre está involucrado en la política imaginaria independentista vasca en Venezuela y con los negocios familiares que sin embargo son bien llevados por la madre. La partición de la pescadería lleva a la fundación de un automercado que prosperaría con los años. Estudia junto con sus dos hermanos mayores, Ignacio José y Jon, en el colegio San Ignacio de Loyola. Es buen estudiante, practica fútbol y noviazgos no le faltan. Junto con sus hermanos y su madre viaja por todo el país en diferentes vacaciones y cuando no hay más lugar que conocer su pasaporte se empieza a llenar de sellos de ciudades latinoamericanas y europeas. No llega a visitar nunca España mientras vive su padre, cada vez más radicalizado y que le inculca al niño, que nació durante su renacimiento nacionalista, toda su ideología compuesta de disparates y consignas en euskera. El niño no entiende nada. Pero desarrolla cierto aire de rebeldía, de desprecio a las normas, que le traerían problemas al alcanzar la adolescencia. Es lector voraz de Goethe, su manejo del francés le permite leer a medias a los simbolistas y entiende en perfecto inglés a Shelley, Keats y sus primeros pasos en la escritura los da imitando a Walter Scott, llegando a comparar a los pobres escoceses con los «pobres vascos» de los que habla su padre (él nunca se sintió, valga decir, vasco, sino profundamente de ninguna parte). Los curas tratan de corregirlo, Sebastián se involucra en un grupo de anarquistas punketos del Country Club, iguales a él: con mucho dinero para consumir todo lo que la contracultura le ofrece a principios de los noventa. Asiste a conciertos en el Poliedro, mira en vivo a Charly García, a Andrés Calamaro, dice que Soda Stereo le aburre y que prefiere ahorrar para ver a The Cure cuando vengan, acude a ver a Guns N’ Roses disfrazado de Slash, no falta a los conciertos en Bellas Artes y Café Rajatabla de 4to Reich y Dermis Tatú más adelante y empieza a considerar el rock como salvación de su vida. De regalo pide una Fender Stratocaster cuyos primeros acordes los da con temas de Metallica y Pearl Jam. Un hecho impide que forme la banda que tenía en mente: la muerte de su padre.

Ignacio Arana fallece en un accidente de tránsito de camino a Puerto Cabello para buscar unos equipos de refrigeración para su cadena de supermercados. Pierde el control de su Ford Blazer, se habla de que iba ebrio, pero esto nunca se confirma. El hecho genera una conmoción en el mundillo de la izquierda venezolana. El antiguo compañero es rehabilitado. José Vicente Rangel publica un conmovedor artículo en El Universal titulado La nobleza del Vasco. Jorge Olavarría, en cambio, induce a creer en la teoría de la vendetta política, unos hablan de la participación de La Bestia Noble en los golpes de Estado de 1992 (El Vasco, en nombre código), nadie puede confirmarlo tampoco. No importa. Falleció y es enterrado en el Cementerio General del Sur, como buen revolucionario. La tragedia causa una crisis familiar. Leire no quiere saber nada de la quinta en Montecristo. La vende y compra una quinta de dos pisos en Santa Eduvigis y se vuelve sobreprotectora con sus tres hijos. Los mayores ya empiezan los estudios universitarios. Sebastián pierde el toque de rebeldía y se apoya en la literatura con aire meditabundo. Gana el perdón de los curas, pero otros sugieren que sigue en malos pasos: vende drogas en el colegio. Esta vez nadie quiso confirmarlo. Empieza a escribir y posteriormente inicia estudios en Derecho.

Es un buen estudiante en la Universidad Católica Andrés Bello, su tesis sobre aspectos de la crisis carcelaria es alabada por Luis Ugalde, S. J., quien lo califica como «joven con un futuro gustoso para el bien del país». Concluye sus estudios y como no tiene nada que hacer ingresa en Letras. Los años de estudios los combina con viajes, con idas a la playa y novias hermosas hasta que conoce a Alejandra, hija de un hombre millonario de pasado dudoso, con quien se compromete en matrimonio. El futuro parece hecho a la medida de esta pareja inteligente y hermosa. Por debajo, Sebastián no deja sus conquistas. Es mujeriego y asiste a fiestas en las que apuesta con sus amigos a ver quien consigue llevarse a la cama a determinada chica. Publica con la editorial universitaria un poemario titulado El albor de mis raíces, que pasa sin pena ni gloria. Ingresa a diferentes talleres literarios en el Celarg y en Monte Ávila. Sus cuentos tratan sobre la vida en la ciudad y no despiertan gran emoción. Su vida empieza a volverse aburrida cuando por intermediación de su tío Iñaki consigue un trabajo en una multinacional de abogados. Se habla de que pronto montará su propio bufete. Un hecho sin embargo ocurre y de pronto cambia de actitud.

Nadie sabe a qué se debe su vuelta a los malos pasos. Renuncia al bufete en circunstancias bochornosas: reenvía por correo electrónico información confidencial a bufetes rivales e insulta a su jefe de manera oprobiosa. Rompe con la novia y funde el anillo de compromiso. Empieza a salir con una chica de dieciocho años que vive en Petare de nombre impronunciable. Sus apariciones en círculos de amigos son cada vez más escasas y cuando lo hace no deja de mostrar una conducta errática. Unos afirman que perdió la razón. Otros, que sufre una crisis de los treinta. La vida de Sebastián Arana parece imparablemente dirigida al desastre luego de que sufre un accidente de tránsito. El amigo que le acompañaba sugiere que fue un accidente intencionado. De pronto ese accidente marca un punto de no retorno: Sebastián Arana desaparece. Su madre, en una crisis de nervios, niega que el hijo menor se haya marchado. Según ella, está dedicado a nuevos estudios. Ignacio José y Jon no saben nada de su hermano. Tampoco les interesa saber. El mundo alrededor de Sebastián parece colapsar. Uno de los últimos amigos que le frecuentan se arroja desde un apartamento de Santa Eduvigis y la policía trata de ubicarlo en vano. Sebastián se ha ido. Su nueva novia se ha ido, suponen que con él. La joven promesa termina en la clandestinidad de la misma manera como antaño lo hicieron los mejores amigos de su padre en los peores años de la lucha guerrillera que financió. No hay quien falte que diga que su hijo ha decidido ir más allá de los pasos que dio su padre: aseguran que está formando un grupo terrorista. Los que estudiaron con él en el colegio señalan que este grupo tendrá tendencias nacionalistas propias de la familia, seguro que se cree un salvador de patrias, dicen, los amigos de su padre que se enteran de su desaparición no se decantan por señalar si su grupo tenderá a la derecha o a la izquierda, dicen, en Sebastián Arana todo es imprevisible y hasta cierto punto volátil. Otros, sus allegados, se ríen de estas versiones y señalan el desinterés guerrerista de Sebastián, creen que se fue de juerga total. Pasan meses y aún no sabemos nada de Sebastián Arana.

Share:
Reading time: 9 min
Microlectura

El taxista

14 junio, 2011 by Álvaro Rafael No hay comentarios

Share:
Reading time: 1 min
Microdos

Sexto aniversario

7 junio, 2011 by Álvaro Rafael 2 comentarios

Este blog cumple seis años en línea. Me sorprende mi constancia. Los blogs ya no son como antes. Las redes sociales contribuyeron a disminuir la cantidad y a bajar la calidad de los pocos que aún se mantienen regularmente actualizados. Creo que esta tendencia se irá marcando hasta que llegue el día en que los blogs terminen siendo fagocitados por un estado de Facebook o Twitter. El panorama no es alentador. Hemos sacrificado contenido por inmediatez. Las personas ya no pierden tiempo leyendo una entrada de más de 2.000 caracteres cuando hemos disminuido nuestro pensamiento a sólo 140. Sólo mi terquedad me mantiene, a pesar de perder dinero pagando el hosting. Y seguiré perdiendo los pocos dólares que nos Cadivi por un tiempo más. No creo que la era de los blogs regrese renovada. Pero igual, siempre he pertenecido a otro tiempo.

Share:
Reading time: 1 min
Page 30 of 91« First...1020«29303132»405060...Last »

Entradas recientes

¿Se están devolviendo los venezolanos?

¿Se están devolviendo los venezolanos?

8 diciembre, 2019
¿Cómo viven los venezolanos en Perú?

¿Cómo viven los venezolanos en Perú?

1 diciembre, 2019
Mitos y realidades sobre la xenofobia en Perú

Mitos y realidades sobre la xenofobia en Perú

30 noviembre, 2019

Entradas populares

Pedro Alejandro Lava Socorro y el poder de las redes sociales

Pedro Alejandro Lava Socorro y el poder de las redes sociales

29 octubre, 2009
Recordatorio modesto de Cayayo Troconis

Recordatorio modesto de Cayayo Troconis

17 noviembre, 2006
Homenaje a Cayayo Troconis

Homenaje a Cayayo Troconis

17 noviembre, 2008

Instagram feed

Entrada de Instagram 2152757401870630145_17836884 «Y cada vez que vuelvo
Un mismo final
Afuera el mundo sigue
Soy uno más buscando en el mar
Cae el sol».
•
#Lima #sodastereo #atardecer
Entrada de Instagram 2128707588078247984_17836884 Caribe (2009).
Entrada de Instagram 2084614024348433291_17836884 En realidad, el plan era hacer una escala de dos o tres días en Santiago y proseguir con el viaje hacia el destino final. Esto no ocurrió y quedé con un boleto hacia una ciudad que no figuraba en mi lista por conocer y de la que conocía muy poco (Costanera Center, Estadio Nacional, precordillera). «Es una ciudad nueva de todas formas, un país que no conozco, veamos qué tal», me dije como consuelo. Lo cierto es que Santiago me ha sorprendido. Me he conseguido una ciudad con amplios parques y miradores increíbles, bulevares que se entrecruzan y dieran la impresión de nunca acabar, con unas calles que en algunas partes evocan alguna vieja ciudad como Barcelona o Roma y en otras, más modernas, explican muy bien el apodo de Sanhattan. Hay una planificación urbana envidiable, con un metro que desluce otros subterráneos que alguna vez me deslumbraron. Mi visión ha sido breve, la del turista en un viaje improvisado, pero me satisface lo que vi.#Santiago #Chile
Entrada de Instagram 2083487850083877342_17836884 Pacífico al sur.
Entrada de Instagram 2082368493836514550_17836884 En los últimos cinco años he conocido Los Andes desde Mérida hasta Santiago. Y la ruta sigue.
Entrada de Instagram 2081018812577561749_17836884 Punto de fuga.

Twitter

Mis tuits

Categorías

Creado en el año 2005, este blog contiene textos de exclusiva propiedad del autor. Eres libre de copiar, pero por favor cita la fuente.
¿Se están devolviendo los venezolanos?

¿Se están devolviendo los venezolanos?

8 diciembre, 2019
¿Cómo viven los venezolanos en Perú?

¿Cómo viven los venezolanos en Perú?

1 diciembre, 2019
© Planeta en fuego 2005-2019. Todos los derechos reservados.
Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea.Configuraciones de cookiesAcepto
Privacy & Cookies Policy

Privacy Overview

This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these cookies, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may have an effect on your browsing experience.
Privacy Overview

This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these cookies, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may have an effect on your browsing experience.

Necesarias Siempre activado

Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.

No necesarias

Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.